jueves, 27 de noviembre de 2014

Verdades Absolutas: la receta de la felicidad

Dar el paso puede que no traiga la felicidad; no hacer nada al respecto no la traerá.
William James


Hace unos meses escribí sobre mi fórmula de la felicidad, que descubrí a lo largo de años y con esfuerzo. Son verdades para mí absolutas que me ayudan a no perder pie y que me empujan a actuar en mi beneficio cuando mi alegría está por debajo de ese nivel mínimo que requiero y necesito.
Las repito aquí por si algunas de ellas te sirven para algo:
  • La vida no trata de sentarse a esperar que pase la tormenta; de lo que trata la vida es de aprender a salir ahí fuera a pesar de la lluvia, esperando que el agua me ofrezca mejores peras y más flores. La felicidad no es la ausencia de problemas sino mi actitud: la habilidad para manejar los problemas que se me presenten. Ahora sé que hubiera podido disfrutar de muchos más maravillosos momentos si no hubiera permitido que mi mente se dedicara con tantísima energía a luchar contra mi intuición y mis inclinaciones naturales al bienestar.
  • No volveré a permitir que un mal día me haga pensar o sentir que tengo una mala vida. Un día es un día y una vida es algo mucho más serio... y más largo.
  • El resentimiento es una pérdida de tiempo feliz. Si lo permito, mi pasado puede robarme el presente. Si me dejo llevar puedo pasarme días, semanas, meses y años sentada a solas en un cuarto oscuro analizando una y otra vez algo que ya ocurrió tratando de hacer encajar las piezas e intentando justificar qué podría o debería haber pasado en lugar de lo que pasó. O puedo levantarme dejando todas las piezas desparramadas por el suelo y salir a tomar el sol. Esto último es lo más sensato.
  • Hay alguien por ahí, posiblemente muy cerca, que es feliz con muchísimo menos de lo que yo tengo. Me conviene recordarlo e imitar esa actitud hasta hacerla mía.
  • No debo olvidar ni desestimar el discreto poder del alivio: Me resulta imposible dar un salto cuántico desde el pozo negro del dolor a la alegría desenfrenada pero, en todo momento, tengo libertad absoluta para hacer algo que me haga sentir un poco mejor. Puedo ver Love Actually con mis hijas, cocinar, leer Sin noticias de Gurb, escribir, jugar al Candy Crush, escuchar a mi Elvis, o pintar meninas. O... puedo seguir sintiéndome un trapo. 
  • Si no te gusta algo, cámbialo; si no puedes cambiarlo, tíralo; si no puedes tirarlo, cambia la forma en que piensas acerca de ello. Esta es la que más me cuesta; debe ser porque no es mía :)) pero es muy sensata, así que la adopté. No tienes que amarlo como a ti mismo pero no necesitas en absoluto perder tiempo y energía pensando en cuánto lo odias. Ignóralo. De corazón. Y sigue a tus cosas.
  • A veces es mejor hacerlo solo lo mejor que pueda y dejar la perfección para otro momento. No siempre puedo ser tan dura conmigo misma; hacer lo mejor que puedo con lo que tengo en este instante es suficiente castigo ya. La satisfacción de ese pequeño esfuerzo es suficiente premio.
  • Por el hecho de que no haya durado toda la vida no significa que no haya valido la pena. Lo que está muy entrelazado con mi siguiente verdad absoluta:
  • Algunas personas y algunas cosas no estarán en mi vida para siempre. Hay cosas que no quiero perder a las que puede que tenga que renunciar; hay personas sin las que creía no poder vivir y, por mi bien o por el suyo, tuve que dejar marchar. Y aquí estoy, viva y coleando. Es posible que haya circunstancias y personas que llegaron a mi vida sólo para hacerme más fuerte y aprender a pasar página sin necesidad de perder por ello mi felicidad básica, y mucho menos la vida. También sé sin ninguna duda, el beneficio fue mutuo y en esa relación yo aporté, al menos, la misma cantidad de aprecio o desprecio que aportó el otro. Tablas.
  • Hablar de mis bienes más que de mis males aleja a estos últimos a la velocidad del rayo. "No muere el hombre por lo que entra en su boca sino por lo que de ella sale. Porque lo que de su boca sale de su corazón procede". Ahí queda eso (tampoco es mía).
  • Cuando mejor aspecto tengo es cuando sonrío. No hay belleza más esplendorosa que la que sale de dentro.
  • Cuanto más confío en mis propias decisiones menos necesito que otros lo hagan.
  • Una actitud negativa es como una rueda pinchada: no llegaré muy lejos hasta que cambie esa rueda.
  • La mejor forma de librarte de una fuerte tentación es, a veces, caer en ella: ¡cómete esa tarta!

Y mi favorita absoluta:

Aférrate a lo que amas y te ama, agradece debidamente cualquier regalo o cumplido que te haga la Vida y confía en tus pasiones y tu intuición. El resto no es importante :-D

Hace tiempo una amiga que se considera muy infeliz --y de la que yo pienso que tiene una vida estupenda-- me lanzó un reto: Pero ¿la felicidad no debería tener una fórmula matemática como todo? Como que sumar dos y dos dan cuatro o algo así...

Después de darle muchas vueltas a ese guante lanzado a mi amor propio, creo que la saqué:

Actitud + Intención + Confianza = Felicidad


Desde Altea, con amor :))

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