lunes, 10 de noviembre de 2014

¿Es esto todo lo que hay? (II): Y Platón...


Platón dedicó su vida a un solo objetivo: ayudar a la gente a alcanzar su estado de realización personal. A día de hoy sus ideas continúan siendo relevantes, provocativas y fascinantes. Para Platón la filosofía era una herramienta que nos ayuda a cambiar el mundo.
Busto de Platón (Museo
Pio-Clementino del Vaticano)

Pero ¿cómo?
  1. Piensa más. Sólo en raras ocasiones nos tomamos el tiempo de pensar cuidadosa y lógicamente acerca de nuestras vidas y cómo enfocarlas. En ocasiones nos limitamos a seguir a lo que los griegos llamaban Doxa, o sentido común. En los 36 libros que escribió, Platón nos mostró cómo este sentido común está plagado de errores, prejuicios y superstición... El problema es que las opiniones populares nos llevan al filo de los valores equivocados. La respuesta de Platón a esto es conócete a ti mismo. Esto significa hacer una clase especial de terapia: la Filosofía. Esto significa poner tus ideas a examen más que actuar por impulso. Este tipo de examen se llama discusión socrática.
  2. Deja que tu amado te cambie. Esto suena fatal si piensas que amar significa encontrar a alguien que te quiera tal cual eres. También suena machista. O feminista, según. Pero no tiene por qué serlo... En su obra El Banquete, Platón dice que el amor verdadero es admiración. En otras palabras, la persona con la que necesitas estar debería tener grandes cualidades que tú no tengas... Estando cerca de esa persona puedes convertirte un poco como esa persona. La persona correcta para nosotros nos ayuda a crecer hacia y hasta nuestro total potencial. Para Platón, “un amante no debería de amar al otro tal y como es el otro en este momento”, sino que más bien la pareja debería de comprometerse a cultivarse mutuamente y a atravesar juntos los pasajes tormentosos que esto, inevitablemente, implica. Cada uno de ellos debería querer seducir al otro para que se convierta en una mejor versión de sí mismo.
  3. Descifrar el mensaje de la Belleza. A todos nos encantan las cosas bellas pero Platón fué el primero en preguntar: ¿Por qué nos gustan las cosas bellas? Encontró una razón fascinante: los objetos bellos nos susurran verdades importantes acerca de la buena vida. Encontramos bellas las cosas cuando sentimos en ellas cualidades que necesitamos pero que se pierden constantemente en nuestras vidas: amabilidad, armonía, equilibrio, paz y fuerza. Los objetos maravillosos, por lo tanto, tienen una función realmente importante: nos ayudan a educar nuestra alma.
  4. Reformar la sociedad. Platón pasó mucho tiempo pensando acerca de cómo el gobierno y la sociedad debería ser (idealmente). En realidad, el fué el primer pensador utopista. En este asunto, Platón se inspiró en el gran rival de Atenas, Esparta. Esta era una máquina gigantesca de fabricar grandes soldados. Todo lo que hacían los espartanos –cómo criaban a sus hijos, cómo estaba organizada su economía, a quién admiraban, cómo practicaban el sexo, lo que comían– estaba hecho a medida para conseguir ese objetivo. Y Esparta era enormemente exitosa desde un punto de vista militar.
    Pero esto no era la mayor preocupación de Platón. Él quería saber: ¿cómo podría una sociedad convertirse en una mejor productora no de poder militar sino de eudaimonia (felicidad)? ¿Cómo podría esto ayudar de forma fiable a la gente a sentirse realizada personalmente?
Así pues, quizás no sea mala idea el pasar algún rato a la semana a solas, pensando en lo que realmente deseamos en nuestra vida y en qué herramientas deberíamos utilizar para alcanzarlo. Y no cejar hasta obtener nuestras respuestas, aclarar nuestras posiciones y saber con toda la exactitud posible dónde estamos exactamente en este momento de la encrucijada...

¡Feliza semana post­-Almudena!

(Adaptación y traducción libre del artículo "4 Reasons why Plato still matters", de la página Farnam Street).

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