domingo, 25 de agosto de 2013

Relaciones (I): Yo, Mi, Me, Conmigo...

Todo hombre es tonto de remate al menos durante cinco minutos al día.
La sabiduría consiste en no rebasar el límite.
Elbert Hubbard (ensayista estadounidense)



Facebook ha decidido que este verano tengo una relación sentimental complicada. Y no le falta razón...

Anteayer leí en mi Facebook que varias amigas mías, sin novio conocido durane años, tienen pareja. Este verano han encontrado su media naranja; o, al menos, tienen la suficiente fe en haberlo hecho como para iniciar una relación y reflejarlo en su perfil de Facebook: María C. tiene una relación con Joaquín P; Elisa V. tiene una relación con Paco M.; Susana F-C tiene una relación con Maricarmen B. (¡¡¡sorpresa!!!); una querida amiga puertorriqueña se ha comprometido a la antigua usanza: brillantazo en el dedo anular; será su segunda boda... Todos estos anuncios en los perfiles vienen seguidos de un corazón rojo vivo. Incluso mi amiga de la infancia, Rosamari M., nos ha anunciado al grupo su boda para septiembre (no en Facebook; también será su segunda boda. Y mi amiga Mayte de Altea, cantante de ópera, ¡¡¡se ha casado again!!! Bueno, eso no ha sido taaaaan sorpresa, porque se ha casado con el que llevaba siendo su marido de hecho ¿veinte, veinticinco años? Hasta mi amiga Edi le dió el sí quiero a su churri el invierno pasado, después de cientos de años intentando convencerla, entre todos los que la queremos, de que lo hiciera (somos muchos).

O sea, que todos éstos últimos no son ligues de verano, parece que tienen la intención de seguir juntos por toda la eternidad (dure ésta lo que dure). Así sea amén Jesús.

Un poco envidiosa ante tanta buena noticia romancil -y algo preocupada por no tener reflejado en mi biografía mi status sentimental- , decido no ser menos y especificar mi realidad en Facebook (si no estás en las redes no existes; lo sabes, ¿verdad?). Aunque esa mi realidad pueda parecer triste a muchas mujeres deseosas de pareja estable, no lo es. Es... diferente.

Me meto en el apartijo Información y me voy a la casilla de "Situación sentimental..." (te dan a elegir varios modelos incluidos el de viuda y soltera) y luego a la de "con...." (y aquí rellenas con el nombre del amado/a). El corazón rojo sangre no aparece por ningún lado, se ve que la máquina lo añade luego a su discreción para darle más ínfulas de felicidad a tu estado, dependiendo del que sea tu estado.

Veamos, ¿tengo una relación importante, sí o no? Sí, la tengo. Así que pincho en "tiene una relación", y cuando estoy pinchando eso, veo que tengo la opción de poner la verdad ("tiene una relación abierta"). Me siento inclinada a la sinceridad en la red y pincho ésa, que se acerca mucho más a mi realidad verdadera :-D. Y llego al "con...". Oooops, ¿y cómo pongo "conmigo misma"? Pues así mismo, "conmigo misma". No me la acepta, y todo rebota automáticamente a EN BLANCO. Repito los pasos del 1 al 3. Mismo resultado. En blanco.

Pienso un poco y caigo: ¡claro! hay que ponerlo con mayúsculas. Repito el paso 3 y pongo "Migo Misma" y le doy a guardar. La máquina se lo piensa también un poco y toma una decisión. Vuelve a dejar la casilla EN BLANCO. ¿Jelóuuuuu?

Le doy al asunto otro par de vueltas, y vuelvo a caer: ¡tengo que poner nombre y apellidos reales! ¡Qué boba! (¿y cómo sabe la máquina que Migo Misma no es mi nombre y apellido real? I wonder. Decido no preocuparme por ese asunto). Muy contenta por mi perspicacia, relleno la casilla con el nombre de mi amado, Rosa H. Mula, y le doy a guardar. Posiblemente, al especificar el nombre de mi amado, me casque un corazón rojo pasión detrás de mi propio nombre :-D; me pongo tan contenta.

Pero la máquina no reacciona; está pensando. El simbolito de "Please wait", esa espiral azulita que da vueltas y vueltas cuando más prisa tienes, tarda más de lo esperado. ¿Y qué demonios pasa ahora? No exagero nada si digo que tardó en tomar su decisión unos dos minutos (lo que tardo en fumarme, impaciente, un cigarrillo). Bueno, ¡por fin! Le doy a guardar y cierro el ordenador. (Que lata, oye. Ya me acuerdo por qué no relleno la información de los perfiles que tengo en las redes). Me voy a dormir, que ya es hora.

No han pasado tres minutos y veo un aviso wasap en el móvil. Me pueden la curiosidad y el miedo, y lo miro. Desde que mi hija mayor vive fuera, hace ya seis años, tengo el móvil encendido día y noche. Por si acaso. 

¡Felicidades, pillina!, reza el mensaje de una amiga. Bueno, bueno, ya empiezan las felicitaciones de Santa Rosa de Lima. Además del clásico 31 de agosto de toda la vida, ahora la santa está en el 23 del mismo mes, después de haber pasado por el 28 más caluroso del año. Cierro el móvil y me voy a la cama, ya veré las felicitaciones dentro de un rato, cuando me levante al amanecer. Hoy ya lo he dado todo por Dios, por la patria y San José.

*     *     *

Con el primer café suena en mi móvil Duncan Dhu cantando Jardín de Rosas. Joeeeee, ¡no sé para qué me pongo alarmas si me levanto antes que ellas!

Al ir a apagar la dichosa alarma, que amenaza con despertar a todo El Sotillo, veo que tengo más mensajes de los habituales para esa hora (7.30 a.m.) en el móvil. En concreto, siete. ¿Les habrá pasado algo a las mis niñas? Enseguida lo descarto. Les tengo dicho que si es urgente o importante llamen por teléfono, no mensajes... ¡Ah, que es Santa Rosa y me felicitan!

Efectivamente, me felicitan. Pero, ¿por qué me llaman pillina, me dicen que ¡por fin! y pone "cacho perra" en uno de los mensajes? (¡Quelle élégance!, como diría mi nuero francés). No entiendo nada. Miro la hora de los mensajes y están todos entre las 2 y las 3 de la madrugáh. Incrédibol. ¿La gente emparejada está mirando Facebook a esa hora? ¿Y qué hace el novio? Sentado en la cama a su lado, ¿mira también su perfil? ¡Qué desperdicio de tiempo!

A las 11:05h me entra un wasap de mi hija mayor. Con mucha delicadeza y emoticonos de besos, risas y sorpresa me dice: "Uy, Mamu, qué es eso que te has puesto en Facebook de que estás en una relación complicada?"

¿¿Eeeehhhh??? Me voy corriendo al ordenador y abro Facebook. Y se desvela el misterio, esplendoroso...

ES COMPLICADO aparece en mi casilla de "Situación sentimental" como estado definitivo de mi relación amorosa conmigo misma. No aparecen mi nombre  ni apellido, y tampoco se me ha adjudicado un corazón rojo pasión al lado. Pero, ¿la puta máquina tampoco me hizo caso con mi nombre y apellido reales?

Desde luego el Facebook será sensible, incluso inteligente e intuitivo, pero sentido del humor tiene cero. También mi relación con él es algo complicada... Suspiro pensando en mi ovejero sueco (ex): esa sí que era una relación complicada. De las que te obligan a depilarte entera cuando ya no recuerdas cómo se hace. Pero, ¡taaaaan divertida! Sniff, sniff, trabajos de amor perdidos.

Me rindo y cierro asqueada el ordenador. Me preocupa que la máquina tenga sensibilidad humana, que intuya que mi relación conmigo misma es complicada, cosa que no le he confiado...

Hombre, a la máquina no le falta razón. Mi relación sentimental conmigo misma es complicada casi siempre. Desde que nací. Ni conmigo ni sin mí tienen mis males remedio.

Y creo que, por definición, es así para todo el mundo, al menos hasta que te hartas del asunto y dejas de pelear. Ejerce mucha presión saber -aunque no estemos conscientes de ello cada segundo- que ésa es la única relación que, para bien o para mal, durará todas las vidas (ésta y las del más allá). Es la única relación que, tarde o temprano, tienes que enfrentar y resolver de forma pacífica porque tú eres la única mujer, o el único marido, de los que nunca te podrás divorciar (¡qué agobio!). Es la única relación con la que, te guste o no, estás comprometido hasta las trancas y hasta la muerte, por toda la eternidad...  En fin, un dolor de cabeza cansino por lo persistente, y mucho más fuerte que un novio aburrido o un marido perverso.

Y lo más aterrador es que todas las demás relaciones que tengas y vayas a tener a lo largo del resto de tus vidas, están basadas en ésta, la básica. Cuando caí en la cuenta, sopesé la posibilidad de dejar de creer en la eternidad; si un matrimonio de veinte años me parece un imposible, un matrimonio eterno... Prefiero no pensar en ello. 

Decía Pablo Neruda que algún día, en cualquier parte, en cualquier lugar te encontrarás a ti mismo, y ésa, y solo ésa, puede ser la más feliz o la más amarga de tus horas. Por lo general, no me gustan las sorpresas, y menos a la vuelta de una desconocida esquina en un momento ignoto.

Así que respecto a esto tomé decisiones importantes hace ya años, y las sigo a rajatabla. Creo que me hice un favor y se lo hice a todos los que me tratan. Te aconsejo que adoptes mi código de Relación Conmigo Misma, o alguno muy parecido; te facilitará la vida.

Mi relación conmigo misma es abierta. Siempre me doy la razón; respeto todo lo que pienso, digo y hago como si fuera realmente respetable; reconozco que he metido la pata cuando lo hago y a otra cosa mariposa (se pierde mucho tiempo buscando excusas para que cuadre una versión irreal de la historia, incluso ante mí misma); si el fallo es muy gordo, pienso que más se perdió en Cuba y me perdono de inmediato; luego, si creo que tiene arreglo, me pongo a ello.  

Si la vida es eterna, tengo muuuuuucho tiempo para hacerlo bien, y si no es eterna el problema quedará cerrado de forma definitiva en cuanto presente suela, como dice mi cuñado Juanjo. Yo creo en Dios, pero si luego no está donde dicen, pues no puedo hacer nada al respecto; pero, mientras tanto, he pensado durante toda mi vida que hubo alguien que me amó tanto que me creó. Nadie jamás me dirá lo que debo hacer, y así nunca podrá penar (o disfrutar) con la idea de que me jodió la vida :-D (esa es la verdadera caridad, aliviar la culpa de otros, juas).

Un buen amigo no tiene precio. Un buen rato tuyo jamás será a costa de un mal rato mío (esto es de mi madre), al menos de forma voluntaria por mi parte, por mucho que te quiera. La bruja que llevo dentro tiene derecho a existir, del mismo modo que lo tiene la bruja que llevas tú. Respeto lo que dices y lo que piensas respecto a cualquier cosa que no tenga que ver conmigo. Lo que tú piensas de mí dice más sobre ti mismo que sobre mi persona; siempre será asunto tuyo. Cada uno pensamos con nuestra cabeza y sentimos con nuestro corazón; saberlo y tenerlo en cuenta facilita mucho el entendimiento con otros. Estoy absolutamente de acuerdo con Ángeles Mastretta en que los maridos son un estado de ánimo, como Nueva York o el rock and roll.

No me preocupa ser o no empática, echo una mano si puedo donde puedo, pero no me mato por nadie; y nunca lo hago si no tengo ganas reales. Sacrificio significa, literalmente, hacer algo sagrado, sacralizar un acto por medio de la alegría; y no me produce ninguna empeñar mi vida -o la mañana- en correr para que otro llegue a tiempo a sus asuntos. Soy fanática en muchas cosas, pero el fanatismo en otros me da miedo; el mío me resulta familiar y lo controlo, el del prójimo no lo hago (ni quiero ni puedo), así que solo tolero mi propio fanatismo.

Ya no me asusta nada de lo que pienso, por muy bestia que pueda parecerme; sé que es algo que pienso, no algo que soy ni siquiera algo que me define. Ya se pasará. Y si no se pasa, peor para él.

Y sí, estoy enganchada al Candy Crush y al Apalabrados. ¿Y?

Hagamos que ésa inevitable (según el poeta) hora de nuestro propio descubrimiento sea una hora feliz... No lo compliquemos; por nuestro bien y por el de toda la Humanidad.

Claro que esto es un resumen, yo siempre atajo; es mi way, como diría mi Elvis... 







1 comentario:

  1. Eres la pera limonera, voy ahora mismo a ver esa relación abierta que tienes jajajajajaja
    Quiero nombre del susodicho, oye puedes poner con George Clooney y foto eso siempre (Pillina)

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